Hombres, Monos y ... Mujeres
El 26 de Junio de 2003 se secuenció por primera vez el genoma humano, dos años antes de lo planeado. En Agosto de 2005, se publicó la secuencia del genoma del chimpancé, el mamífero más cercano a nuestra especie. Que orgullo, pensé: han secuenciado el ADN humano antes que el de los monos. Eso demuestra que somos todavía lo más importante. Luego me di cuenta de que esa no había sido la causa. Resulta que el Homo Sapiens tiene 46 cromosomas y que el Chimpancé tiene 2 cromosomas más, es decir 48. Era más sencillo secuenciar al hombre que al Chimpancé. El hombre es más pobre genéticamente: tenemos una mandíbula más débil, que nos da una mayor riqueza de gestos faciales que comunican más. Nuestro intestino delgado es más corto, y eso nos obliga a cocinar los alimentos para digerir bien. Tenemos menos crías por parto, y las crías son muy vulnerables al nacer. Pero nuestra pobreza biológica, es la que nos ha hecho salir del automatismo del puro instinto. La inteligencia, consiste en ser flexible, en abstraer de lo concreto. En nuestro caso, menos determinación genética es más inteligencia. Me volví a tranquilizar.
Pero me volví a deprimir cuando me enteré que 3 años después de la secuenciación del genoma del chimpancé, se ha logrado secuenciar el primer genoma humano de mujer (26 de Mayo de 2008). Peor imposible. Resulta que la ciencia había secuenciado “al hombre” en general, pero se había “olvidado” del genoma de la mujer, que ha sido secuenciado por la Universidad de Leiden (Holanda). Antes de secuenciar la primera mujer se secuenciaron los genomas de cuatro varones, entre ellos el del Doctor Watson, uno de los descubridores del ADN, que afirmó el año pasado, que los negros eran mas tontos que los blancos. Tanto trabajo para que al final uno de los cuatro les salga racista y se olviden del genoma de la mitad de la humanidad, las mujeres. El genoma humano completo, claro está, no es sólo el de un varón, sino del varón y la mujer. Faltaba un cachito de genoma, ese diminuto ovillo que separa a los hombres de las mujeres, el cromosoma XX. Por esa pequeña diferencia, ha habido imperios que han caído, gente que ha cambiado sus vidas para siempre. Algo tendrá el cromosoma ese, que nos atrae tanto. Si todo hombre ha nacido de mujer, conviene no ponerlas en el último lugar, sino en el primero.