MALDITO CASINO
El mayor peligro que afecta a los mercados financieros mundiales, no son los desplomes de los valores, sino que las acciones no puedan reflejar el valor real de las empresas que representan. La acción de una compañía representa un porcentaje del valor de esa compañía y de los beneficios que esa compañía genera. Pero el concepto clásico de valor bursátil, murió hace ya más de una década. Si usted compra una acción de una empresa solvente cualquiera, el precio de su acción tiene dos componentes: uno el precio visible, contante y sonante, que usted ha pagado y que está reflejado en la cotización de la Bolsa, y otro, el precio invisible. ¿Cuál es el precio que usted no ve? Pues el precio de todos los derivados asociados a su acción.
¿Qué es un derivado? Un derivado es un título que también se compra y se vende en la Bolsa, cuyo valor está asociado “a otro valor”, normalmente a acciones. Los derivados se han multiplicado en estos diez años como la espuma, porque en teoría son instrumentos para “minimizar el riesgo”. Según la Internacional Swaps and Derivatives Association, el tamaño del mercado de derivados a nivel mundial, se ha quintuplicado en estos últimos seis años y tiene un tamaño 560 veces superior al PIB de España Hay montones de derivados que se pueden contratar desde cualquier página web. Pero, centrémonos para no liarnos, en un tipo concreto de derivados los llamados “CFD” o “contratos por diferencia”. Supongamos que usted decide comprar 100 acciones de una gran empresa de telefonía, y espera ganar o perder dinero en función de cómo le vaya a las ventas y a los beneficios de esa empresa. Pero lo que usted no sabe es que en las Islas Caimán, hay un fondo de inversión opaco (un “hedge fund”) que ha invertido unas sumas enormes en derivados CFD que están asociados a la subida y bajada de la acción de la empresa. Por ejemplo, si el fondo ha comprado un millón de CFD y el precio de la acción pasa en tres días de 17.10 euros a 18 euros, la ganancia serán 0,90 euros por acción, es decir 900.000 euros. ¿De quien es ese dinero invertido en CFDs? El dinero del fondo opaco de las Islas Caimán, está formado a lo mejor por dinero proveniente de un mafioso de Hong Kong, un señor de la guerra Afgano, inversiones para minimizar otros riesgos de una multinacional, o unos ahorros suyos que invirtió en “unas inversiones muy rentables” que le recomendaron en su Caja de Ahorros de toda la vida Eso da igual El caso es que ese dinero, gana mucho más dinero, a base de reventar la transparencia de los valores “reales” de las Bolsas, que han sido siempre los valores que todo el mundo entiende, las acciones y los bonos.
Warren Buffet y George Soros, que han ganado mucho dinero con las Bolsas y son dos inversores respetados, ya habían advertido de que los derivados eran armas de destrucción masiva, que nadie sabía como funcionaban. Pero eran los años del “Oráculo”, Alan Greenspan, el gobernador de la Reserva Federal, un hombre-dios firme partidario de todo tipo de derivados, que hablaba en una jerga que nadie entendía. Ningún senador se atrevía a preguntarle ¿Y eso como funciona? La luz de Greenspan era demasiado cegadora para los mortales que habían olvidado el sentido común ¿Es que nadie entiende que si una empresa que vale en la Bolsa española 10.000 millones de euros, y un hedge fund como Harbinger Capital de Nueva York, que tiene una plantilla de 22 personas según la revista Business Week, apuesta 2.000 millones de euros a que su valor va a bajar (¡el 20% del valor de la empresa!), esa empresa está rompiendo la finalidad esencial del mercado bursátil que es la de reflejar el valor real de las empresas que cotizan? El incentivo para destruir el valor de empresas consolidadas es enorme, porque si apuestan a la baja y ganan, las ganancias son de miles de millones de euros. Y para que bajen, harán lo que sea: sembrar rumores sobre la mala salud de la empresa, vender acciones por cauces paralelos para manipular la bajada de las acciones, etc. Hace unas semanas se difundió el rumor de la muerte de Steven Jobs, el primer ejecutivo de Apple. Su muerte apareció publicada en la página web del canal financiero Bloomberg, y las acciones bajaron de golpe un 10 %, mientras en algún paraíso fiscal de vete a saber donde un grupo de inversores se hacían de oro.
El sistema financiero se ha calmado de momento, pero vendrán más y sustos. Henry Paulson, el Secretario del Tesoro americano afirmó que el mercado financiero global es enorme en comparación con las instituciones que en teoría deberían de gobernar y regular las finanzas globales: Banco Mundial, FMI; Bancos Centrales, etc. Por eso Paulson insistió en que hay que crear unas instituciones financieras internacionales que regulen, filtren, y den seguridad a los flujos de inversión. Eso llevará tiempo, porque los acuerdos internacionales son lentos y complicados. Pero es la única salida. La era de Alan Greenspan, ha terminado de forma calamitosa. Ya es hora de ponerle la brida a este capitalismo de casino, un jinete del Apocalipsis que amenaza con devorarnos a todos.
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