Bye, Bye Tomate
El Tomate nunca intentó atenerse a los tres principios inquebrantables, que según
Richard Kapuscinski, deben regir el periodismo: la labor social que cumple la información, el respeto hacia el otro y la formación. Pero, no hay que extrañarse por ello, porque hace unos años, leí una entrevista hecha a un ejecutivo de una cadena de televisión, que comentó que la televisión era “un negocio que vende publicidad”. Por eso ya hay un sustituto: una serie que denigra a las mujeres denominada “Sin Tetas No Hay Paraíso”.El Tomate ha echado el cierre porque la gente ha votado con el mando del televisor y se ha ido a otros programas. Y se ha ido a otros programas en cuanto ha encontrado otra cosa un poco mejor. La franja de edad mas madura, se ha marchado a la telenovela, y la franja de edad mas joven, a Fama y a Se Lo que Hicisteis. No es cierto que los televidentes vean más las cosas que mas les gustan. Ven lo que hay. Y como hay muy poca cosa que elegir, pues la población joven se está marchando a Internet. Por eso las cadenas en abierto se hacen cada vez mas amarillas, porque la audiencia es menor y está fraccionada entre múltiples ofertas audiovisuales.
La
Directiva Europea de Televisión sin Fronteras, obliga a las cadenas a preservar la protección al menor entre las seis de la mañana y las diez de la noche. Pero, nuestros políticos le tienen un miedo pre-democrático a la televisión. Recuérdese el caso del asesinato de Svetlana: se reunieron las cadenas con el Gobierno, unas fotos, pero sin ningún resultado so pretexto de “autorregulación”. Lo que pasa en nuestro país, no ocurre en otros países europeos. Es fácil evitarlo: una ley y duras sanciones económicas para quien se salte los horarios previstos en la ley. Eso mejoraría en algo la situación. .Etiquetas: Columnas, periodismo
2 comentarios:
Adiós mamarrachada de tomate, pero la sociedad sigue siendo la misma.
Ésto es, más de lo mismo.
Bis Bald.
Claudio: off-topic => tienes un premio en mi blog aesyd, pasa a recogerlo, y ojalá que sigas pasando la antorcha. Un abrazo!
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