SE VENDE

El precio del petróleo ha subido hasta el cielo, pero el cielo ya no es lo que era. El cielo se desenladrilla a toda velocidad ¿quien lo volverá a enladrillar? Mucho me temo que la respuesta es nadie. Nuestro modelo de crecimiento se acabó, porque esta crisis inmobiliaria va a ser con mucho una de las mayores crisis inmobiliarias de España. Y ojalá lo podamos contar como una batallita más dentro de un lustro, y no sigamos empantanados en la terrible espiral de crisis bancaria y crisis de precios del ladrillo, tal y como ocurrió en Japón a partir de la segunda mitad de los años 80, donde la gente tenía una deuda hipotecaria de pongamos 500.000 dólares, y el piso valía en el mercado la mitad.

La gran pirámide, el gran árbol que ha cobijado nuestro sistema productivo, se está deshojando hoja a hoja de abajo a arriba. Por el momento, los representantes más conspicuos de los sectores más implicados, restan importancia al problema, dicen que es una corrección, que durará unos meses, quizás unos años. Es normal. ¿Qué van a decir? La deuda de las promotoras e inmobiliarias equivale a un 30% del PIB. Los préstamos de nuestro sistema bancario están relacionados en un 60% con las hipotecas, según el diario The Economist. Para echarse a temblar.

Hemos crecido, pero nuestro sistema de crecimiento se ha acabado. El modelo ladrillo/turismo/bancos, está bloqueado, sin ventas y sin liquidez. Ni siquiera se venden VPO, porque los pagos mensuales de hipoteca son 800 euros, y la gente no gana tanto. Se están perdiendo entradas de vivienda en VPO. Ahora, es cuando nos damos cuenta de que nuestra productividad es baja, nuestros sueldos mileuristas miserables, y todo ello basado en la construcción especulativa. La faena se presenta larga. Hay mucho Victorino por torear, y pocos toreros. El I+D, brilló por su ausencia. Ahora, los que hicieron los deberes, sobrevivirán, y los que no, serán arrasados por el Tsunami, tal y como dijo José Garicano, economista de la Universidad de Chicago hace ya unos meses. Agárrense que vienen curvas. Y tengan cuidado donde meten sus ahorros, si los tienen, no vaya a ser que el banco se los trague.

[Diario Informacion]