miércoles, octubre 11, 2006

La pasión de Anna Politkovskaya

Era una niña de la élite, y lo sabía. Sus padres habían sido diplomáticos en la sede de la ONU en Nueva York, donde había nacido, y eso le permitió ir a las mejores escuelas rusas y leer libros prohibidos que no llegaban a su país. Pero, fue durante esa niñez cuando se forjó su odio a la mentira. Esos cuchicheos en casa, ese miedo disfrazado de diplomacia, hizo que se templara en ella un amor desmedido por la verdad, más fuerte que su mítico valor, más allá de sus ganas de vivir. La búsqueda de la verdad, el deseo de contar sólo lo que pasa, es la razón de ser del periodismo, tal y como siempre defendieron gente grande como Indro Montanelli o Luka Brajnovic. Sus asesinos la mataron de una manera zafia, el día del cumpleaños de Putin y dos días después del cumpleaños del nuevo matarife-gobernador de Chechenia, un tal Kadyrov, hijo del anterior carnicero-presidente, que tiene incluso un ejército privado denominado Kadyrovtsy. Está claro quien dio la orden. El último trabajo que estaba preparando Anna, hablaba precisamente sobre casos bien documentados de torturas. El expediente estaba en su ordenador, y se llamaba exactamente así: “Kadyrovtsy”. Cuando la asesinaron, lo primero que hizo la policía fue llevarse su ordenador. Ese artículo no saldrá nunca a la luz, pero ella ya estaba acostumbrada. Su libro, la Rusia de Putin, un bestseller traducido a numerosos idiomas, no ha sido nunca publicado en Rusia.

Era una mujer guapa y tímida, siempre seria, con unos ojos miopes que te miraban fijamente, que emitían un hilo de brillo sutil que llegaba desde lo más hondo y te acababa por conquistar. Su determinación me conmovía siempre, recordándome las palabras de Teresa de Avila, una determinada determinación de no parar hasta llegar, venga lo que viniere, suceda lo que sucediere, siquiera se hunda el mundo, siquiera se muera en el empeño. Por eso era tan enormemente popular y tan querida en Rusia. Por eso estaba tan sola. A ella sólo se acercaban dos tipos de personas: los que querían matarla, y los que sabían que iban a morir al darle una determinada información. Los demás la abandonaban, como su marido, ese cobarde, que la dejó en 1999. A los hombres-niño, siempre nos han enseñado las mujeres-madre como ella, de qué hebras humanas está hecha la valentía. Que se lo cuenten a las madres de la Plaza de Mayo.

El principio de su fin comenzó en 1998, cuando fue a Chechenia a entrevistar al presidente

Maskhadov. En 1999 estalló la segunda guerra de Chechenia, y ella intuyó que esa guerra era el principio del fin de la libertad en Rusia, porque Putin la utilizó para hacer subir su popularidad y asegurarse la elección en Marzo del 2000. La guerra fue absolutamente brutal, y prueba de ello son las terribles imágenes que se pueden encontrar en Internet de la ciudad de Grozny antes y después de la guerra (ver aquí). Parece un queso gruyere, y eso que la imagen está tomada a cientos de kilómetros desde el espacio. Anna fue decidiéndose cada vez más a contar lo que pasaba allí, y su táctica fue muy simple. Contaba lo que veía, doliera a quien doliera, y que mejor sitio para analizar lo que pasaba que ir de visita a los hospitales de campaña y los hospitales civiles. Sus artículos estaban bien documentados, y criticaban también ferozmente a la guerrilla. Pero los chechenos, a pesar de haberla querido matar en numerosas ocasiones al principio, la respetaban. Por eso le pidieron que hiciera de mediadora en la crisis del teatro de Moscú. Por eso trataron de envenenarla cuando se dirigía a Beslán para mediar en el secuestro de la escuela.

Conocía bien a su pueblo. Una vez comentó que la mayor tragedia del pueblo ruso era su status de esclavos y su fascinación por la esclavitud. Si como dijo Chesterton, la tradición es la democracia de los muertos, en Rusia ha habido muchos esclavos, y por eso los rusos no saben vivir en libertad. Pero Putin debería tener cuidado. Pascal comentó una vez que si la curvatura de la nariz de Cleopatra hubiera sido distinta, la faz de la tierra habría cambiado para siempre. La Historia tiene esos caprichos, señor Putin. Los pueblos respiran con los dos pulmones de la memoria y la esperanza por la boca de la verdad. Puede que a veces cometan el error de respirar más con la memoria y olvidarse de la esperanza, como ocurre con los nacionalismos. O puede que sea al contrario, y se obsesionen con el futuro de la utopía, de la que se espera casi todo, como ocurrió con los revolucionarios del XIX. Pero a un pueblo no se le puede tapar la boca de la verdad siempre. Su régimen señor Putin, es una dictadura moderna, basada en monopolios del gas y el petróleo, y en el control del arsenal atómico. Con el dinero de ese monopolio, una banda de delincuentes gobiernan Rusia, con la UE mirando para otro lado. Eso no es un estado, sino una banda de ladrones, porque falta la justicia. Ya lo advirtió Agustín de Hipona hace 1600 años señor Putin.

El miedo ha movido a los asesinos de Anna, pero con miedo no se puede vivir eternamente. Anna sabía como Sócrates, una de las columnas de la civilización europea, ya advirtió a los atenienses que la podredumbre moral es ignorancia, y que más vale sufrir la injusticia que realizarla, porque realizarla supone ignorar que el mal daña más radicalmente a quien lo realiza que a quien lo padece. Por eso Sócrates prefirió morir a dejarse corromper. Por eso Anna es y será grande, y su memoria arde como una zarza encendida e incombustible. Por eso, ella es la punta de un iceberg que brilla como un diamante en el océano de la mentira, esa testosterona con la que dopa Putin su imperio con pies de barro mediático-estatales. Descansa ya en paz, Anna. Si tú no existes aquí y ahora, es que no exististe jamás, y eso es simplemente mentira. Tú lo sabías, y por eso no te detuviste jamás.

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5 comentarios:

Blogger Luís Galego ha dicho...

Comovente...

12:09 p. m., octubre 11, 2006  
Blogger Luís Galego ha dicho...

nÃO RESISTI E PUBLIQUEI UM POST SEU NO MEU blog COM A RESPECTIVA INDICAÇÃO, PARA QUE OUTROS CONHEÇAMO O SEU BloG, QUE É MUITO INTERESSANTE...

12:22 p. m., octubre 11, 2006  
Anonymous Anónimo ha dicho...

Esta mañana han matado a otro periodista ruso, el gerente de la agencia de noticias Itar-Tass.

4:31 p. m., octubre 16, 2006  
Blogger Marta Salazar ha dicho...

Gracias Claudio! Coloqué un enlace a este blog en el mío (aesd), saludos!

8:51 a. m., noviembre 08, 2006  
Anonymous Anónimo ha dicho...

TUS PALABRAS PARA ANNA SON UN DIGNO TRIBUTO A LA LIBERTAD DE PENSAMIENTO....ESTA SOCIEDAD NECESITA DESPERTAR ,ABRIR LOS OJOS ,SALIR DE SU ZONA DE CONFORT,Y DECIR YA BASTA ...A TANTA BAJEZA.

7:54 a. m., abril 24, 2008  

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