Educación Sexual con denominación de origen
Lo ha dicho Cayetana Guillén Cuervo, la Hipatia de la madrileña calle
de Cantalejo: «En lo social, España avanza con el viento en la cara,
orgullosa de conquistar terrenos que hace muy poco ni siquiera soñaba».
Cinco millones de parados son, en efecto, más de lo que la
socialdemocracia podía soñar para establecer su parque temático. Y para
mantener las colas del Inem calientes, el socialismo de Puerto Hurraco
ha puesto en marcha el consultorio de la Dra. Lola. «¿Nos hacemos unas
pajillas?», se pregunta, en un bucle de regocijo, el Gramsci de
Torresandino. Y a falta del ordenador y el inglés prometidos, Trini
anuncia que quiere dar educación sexual en los colegios a partir de los
11 años, para que a los dieciséis ya puedan profesar de góticos y
góticas, como los ángeles de La Moncloa. Sin esta educación, ¿cómo
leerían nuestros escolares en el «Marca» la noticia de que a Maradona
lo sancionan por mandar a la prensa «a chuparla»? A la mayoría de los
internautas, que pertenecen a una generación que no ha tenido acceso al
Trinixés, se les hace pequeño el castigo de la Fifa a la «Mano de Dios».
Etiquetas: periodismo
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