Wikileaks: que fiesta para los ojos...
La publicación por parte de Wikileaks de 250.000
documentos secretos de la diplomacia de EEUU, 400.000 documentos internos sobre
la guerra de Irak y 91.000 documentos sobre la guerra de Afganistán, es un
acontecimiento que marca un punto de inflexión en la historia del periodismo.
En esos documentos aparecen de forma descarnada como espían, amenazan y
sobornan las embajadas de los Estados Unidos en el mundo, los efectos sobre la
población de las supuestas guerras por la liberación en Irak y Afganistán. Pero
sobre todo, lo más alucinante es el lenguaje que se usa en esos documentos, que
reflejan la información “en bruto” producida por esas enormes máquinas
burocráticas que son la espina dorsal de cualquier Estado (la diplomacia y el
ejército). Se escribirán tesis doctorales, cientos de libros sobre estas
filtraciones y las que vengan. Y todo
este terremoto lo ha causado Wikileaks. Pero, ¿qué es Wikileaks?
En primer lugar, Wikileaks es algo serio, y por
eso ha puesto en cuestión a los grandes medios de comunicación tradicionales.
Con un presupuesto anual de 300 millones de euros que provienen de donaciones
cada vez más secretas, casi 1000 colaboradores expertos en seguridad
informática, abogados, y periodistas, fundada en 2006, Wikileaks ha publicado
más información confidencial que todos los demás medios de comunicación del
planeta, desde la información sobre atrocidades en Irak y Afganistán y las
actividades de la diplomacia americana, hasta información sobre asesinatos
extrajudiciales ordenados por el presidente de Kenia (que cambió el resultado
de las elecciones en aquel pais), pasando por el lavado de dinero de mafiosos
en Suiza. Es decir, Wikileaks nació para publicar información sobre delitos,
corrupciones, torturas, etc, que los gobiernos u organizaciones tratan de
esconder a cualquier coste. Wikileaks, publica información que hará que las
cosas cambien, que el mundo sea mejor, que aparezcan las reformas de una vez.
Por eso ha recibido tantos premios internacionales, entre otros de The
Economist o Amnistía Internacional.
Los documentos, filtraciones, datos, etc, son
enviados por fuentes anónimas. Nadie en Wikileaks conoce quien es la fuente. Por
ello, el anonimato es fundamental, y de ahí el alto grado de encriptación de los mensajes, que es de tipo
militar. Las capas de seguridad son múltiples, las visitas anónimas. Los
voluntarios y trabajadores de Wikileaks no saben quien ha mandado la
información. La información se envía siguiendo consejos de los expertos desde
cibercafés, lejos de sus lugares habituales. No se guardan logs o restos de las
visitas. El servidor central de Wikileaks está situado en un búnker superseguro
a prueba de interferencias en Suecia prestado por el Partido Pirata de Suecia
(que obtuvo el 10% de los votos en las pasadas elecciones). Los que han enviado
la información saben que funciona, y por eso se sospecha que muchos de los
documentos han sido enviados por militares, agentes de seguridad o personal que
trabaja dentro de esas organizaciones que han consentido, aprobado o fomentado
actos criminales. Los datos que se han publicado, siempre son relativos a
acciones u operaciones que ya han pasado, donde se han borrado los nombres.
Hasta ahora nadie ha muerto debido a un documento publicado por Wikileaks.
El director de Wikileaks, Julian Assange, tiene
sólo 39 años. Nacido en Australia, licenciado en físicas y matemáticas. A
Assange se le ha negado la residencia en Suecia y que está en busca y captura
por un supuesto delito sexual que tiene toda la pinta de ser un montaje. Pero
lo tienen difícil. Assange es un friki-hacker-programador, enamorado del
software libre, acostumbrado a visitar los juzgados siendo casi un
adolescente, acusado de haber entrado
por la puerta de atrás en algún ordenador de una gran compañía. La CIA, el FBI,
la NSA, Echelon, el M16, el BND, el CNI, le espían y van tras él, porque es una “amenaza para la
seguridad”. Anda de aeropuerto en aeropuerto evitando países donde lo puedan
encerrar en la cárcel. Y van tras él, porque resulta que la información que
publica es verdad, información que no quieren publicar muchos medios de
comunicación, que dependen de la publicidad de las grandes corporaciones y de
los gobiernos para sobrevivir en estos tiempos de crisis. Su batalla es una
batalla épica y ética. La información es veraz, porque está contrastada (mandan
periodistas a los lugares de los que proviene la información para comprobar la
información). Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque
ellos serán saciados. Parece que algunos se lo toman en serio. Aquí y en todas partes hacen falta un par de Wikileaks de esos ¿Nadie invitaría a
Assange este verano para darnos un par de clases?
Para leer más:
- Herman Tertsch en ABC: Nada sustancial salvo el daño
- Juan Pedro Quiñonero en su Blog: WikiLeaks y el periodismo
- Guerra Eterna: Wikileaks desnuda a los gobiernos de Oriente Medio
- Forbes exclusive about new findings of Wikileaks WikiLeaks' Julian Assange Wants to Spill Your Corporate Secrets ...
- The New Yorker: The Right to Secrecy
- National Review Online: The right to know?
- The Atlantic Monthly: WikiLeaks as Terrorists?
- The Huffington Post What Wikileaks and Cablegate Mean for Open Government
- Wikileaks journalist about the next weeks material coming out: Interview
Etiquetas: periodismo
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