CULTURA, ¿PARA QUE?
Parece que todo ha quedado entre ellos, mas no es así. Como decía el ex canciller alemán Helmut Schmidt, “hay gente que roba una manzana de vez en cuando, hay otros que tienen una ligera inclinación criminal y luego están los banqueros de inversiones”. ¡Qué ejemplo para los retoños de familias españolas acomodadas, que estudian masivamente Administración de Empresas y hacen un MBA en universidades exóticas! Pero hay que tentarse la ropa antes de tirar la primera piedra. Porque no es sólo un problema ético: es una cuestión cultural.
La ética sola no lleva muy lejos. Lo que hoy se expende como tal suele ser un barniz moralizante para calmar conciencias y dar buena imagen. Las éticas aplicadas y especializadas no siempre son de fiar. Si se trata de desconectar o no al abuelo con Alzheimer, y se consulta al comité de bioética del hospital, la vida del pobre anciano pende de un hilo. Si un gran empresario afirma que su organización siempre se atiene a un código de conducta elaborado por expertos mundiales en Business Ethics, empleados y clientes deberían estar preparados para lo peor. Porque la ética no es una asignatura, un código o un comité: es un modo de vida que se manifiesta en la cultura y brota de ella.
[Vía: Alejandro Llano, La Gaceta de los Negocios, 21/12/2008]
Etiquetas: pensamiento, periodismo
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