MISS CANTABRIA

Ángela Bustillo una mujer morena de 22 años, con un niño de tres, fue elegida Miss Cantabria hace no mucho. La alegría le duró a Ángela 14 días, hasta que le notificaron por Burofax que se le había retirado el título al descubrir que era madre de un niño de 3 años y las bases del certamen “exigen no haber tenido descendencia ni hallarse en estado de gestación” debido a “los cambios físicos que supone la maternidad”. Y tan contentos. Ya hay sustituta, una tal Elena Outeiriño.

Las pasarelas llenas de mujeres anoréxicas, las top model reconstruidas con bisturí, los concursos Miss lo que sea, son el fruto del duro trabajo del escultor masculino sobre el cuerpo femenino, un cuerpo que ya no es el de una mujer real, sino un cuerpo esculpido por los ideales de una panda de machistas que dominan el mundo de la moda y la publicidad. Es un molde machista e irreal, que es atrayente siempre que no lleve implícita la maternidad, esa cosa tan desagradable que nos recuerda que fuimos, somos y seremos dependientes de otros. Me he acordado de ese poema de Amalia Bautista, Desnudo de mujer:

Para ti nunca fui más que un pedazo

de mármol. Esculpiste en él mi cuerpo,

un cuerpo de mujer blanco y hermoso,

en el que nunca viste más que piedra

y el orgullo, eso sí, de tu trabajo.

Es el gran ideal burgués: una 90-60-90 para que el plutócrata, gordo, lustroso, y con un buen puro, se lo pase bien en sus ratos de ocio, mientras en casa le espera una Maruja con alguna arruga, que cocina bien y le saca adelante a los hijos, que sólo serán útiles mientras sirvan para mantener y promover el patrimonio familiar. Por eso, antes las hijas eran una carga. El patrimonio y el placer al servicio de un varón ególatra, y la expulsión de cualquier tipo de ser dependiente que no estuviera a su servicio. Creo que son estos dinosaurios que forman el jurado y la gestión del concurso Miss España, los que andan necesitados no ya de cambios físicos, sino de cambios mentales tan profundos que es mejor que los jubilen directamente. Es simplemente una vergüenza que ocurran estas cosas en la España del siglo XXI.

[Diario Informacion]