Si no fuéramos hijos, seríamos omnipotentes. No deberíamos nada a nadie. No habría Otro del que recibimos ni Otro que se queda con lo que fue nuestro
Pero tampoco existiría el amor, el dar a cambio de nada, por la alegría de dar, de ver a otro ser crecer gracias a tu dávida de tiempo y desvelo.
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