Dias tristes (3)
Dávida
Un día muy feliz
La niebla se levantó pronto, trabajé en el jardin.
Los colibríes se demoraban sobre las madreselvas.
No había cosa en la tierra que yo deseara poseer.
Sabía que no merecía la pena envidiar a nadie.
Cualquier mal que hubiese sufrido, lo olvidé.
Pensar que una vez fui el mismo hombre, no me avergonzaba.
En el cuerpo, no sentía dolor.
Cuando me estiré, vi el mar azul y las velas.
Encontré este precioso poema en el libro de Raymond Carver, Todos Nosotros de Bartleby Editors. Ha sido una decepción, pero este poema citado por el autor, merece el libro.
Etiquetas: poesía
2 comentarios:
He estado echándole un vistazo a tu blog (¡muy interesante!) y me ha hecho gracia ver que coincidimos en cosas como esta de Milosz
Gracias por este bellísimo poema de Milosz en tu espacio azul que por azar descubro.
Saludos...
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