viernes, febrero 26, 2010

La belleza y la muerte



Toda belleza es mórbida, es amiga de la muerte. Porque cuando la descubrimos, es como si en un instante poseyéramos todo, como en una especie de Big Bang al revés. Y la belleza de ese "atrapar la belleza" estriba precisamente en eso: es un instante irrepetible, único.

La paradoja es que, mas adelante, inesperadamente, la volvemos a descubrir. Y aparece de forma absoluta, nueva, irrepetible, abarcando de forma distinta y superior el momento de belleza anterior. Y así, entre salto y sobresalto, vamos corriendo de una boca de un túnel a otra, de la luz al deslumbramiento. Y es que el morir existe para que podamos vivir en plenitud. La plenitud, existe porque se asienta sobre la podredumbre.


Etiquetas:

martes, febrero 23, 2010

Relaciones sexuales, cuatro veces por semana




Jennifer López ha estipulado en su contrato matrimonial el número de relaciones sexuales con su marido, Marc Anthony. Cuatro por semana. En esto ha quedado el triunfo de la espontaneidad, la liberación de las represiones.
La transgresión ha terminado en nuevos contratos, más draconianos. Si dos se quieren y funcionan bien en la cama, ¿para qué quieren papeles?, decían. Quisieron abolir los papeles y terminaron empapelados. No entendieron que el matrimonio era otra clase de contrato: el más libre y el más comprometido.
Fíjate si la unión conyugal será contrato que es el mayor de todos ellos. No estás firmando tu incorporación a una empresa. Estás entregando toda tu persona (cuerpo, alma, pasado, proyectos), todo lo que eres (piensas y sientes), todo lo que vas a llegar a ser (futuro) y todo lo que tienes. ¿Hay un contrato más salvaje? Y con una única cláusula: “Hasta que la muerte nos separe”.
Es el contrato más comprometedor y el menos burocrático de todos. Fíjate si será atípico el negocio que hacéis ante el altar que lo dais todo a cambio de nada. ¡A cambio de nada! ¿Dónde está el beneficio, el margen? ¡Si Adam Smith levantara la cabeza!
Además en la unión conyugal recibes bienes sin merecerlo, sin haber hecho nada. Porque el verdadero amor no se puede exigir, pero tampoco se puede merecer. Por un lado lo das todo, sin medida; y, por otro, lo recibes todo, sin haberlo merecido. No te cobras el amor que das, como si fuera una recompensa por lo cariñosa que eres con tu marido. No hay premios. Eres amado/a sin tener en cuenta tus méritos.
Eso explica que, en el verdadero amor, puedas ser querido incluso aunque tú no correspondas, bien porque haces la puñeta a tu mujer o sencillamente porque tienes Alzheimer y la confundes todo el rato con la asistente rumana.
Al cabo no es el dinero lo que mueve el mundo. Pese al utilitarismo que preside la sociedad, pese a la carrera de obstáculos por atesorar méritos para que a uno le quieran, al final lo que de verdad se valora es el cariño desinteresado. Paradójicamente lo que más llena es darlo todo por nada.
Pero sólo es posible en el ámbito de la familia y del matrimonio, el único refugio frente a la intemperie del mercado. Cuando cierras la puerta de tu hogar, entras en otro mundo, con una lógica completamente diferente. Respiras hondo. Porque en el hogar no vas a recibir más amor por tus logros. En su diccionario no existe la expresión “tener que”… o el condicional: “Si ella es buena chica, yo la llevo en palmitas”.
Lo que figura en ese diccionario es mucho más fuerte. “Yo la llevo en palmitas, porque es mi chica, sea lo que sea y haga lo que haga. Y además la llevaré siempre, así se vuelva cleptómana, maniática o sencillamente anciana de 84 años… hasta que se muera”.
Eso es lo que significamos cuando prometemos querernos “en las alegrías y en las penas, en la salud y en la enfermedad, todos los días de mi vida”. ¿Qué te creías? ¿Un trámite? ¡Conque contrato burocrático!
Pero ¿todo esto no es un pelín idealista? No creas. En realidad es lo que ha experimentado buena parte de la Humanidad desde el hombre de las cavernas. Quizá esa clase de contratos ha evitado que nos merendáramos unos a otros. Lo cual viene a desmentir que el hombre sea siempre un lobo para el hombre. Tal vez Hobbes era miope.

Etiquetas: ,

lunes, febrero 22, 2010

Carne de Tiger



Tiger Woods, el deportista del golf profesional con más talento de la historia, convertido en icono en sólo una década, apareció el pasado sábado en una conferencia de prensa pidiendo perdón en público sin su gorra Nike, sin sponsors. Los sponsors no están para bromas. Accenture y Gillete le han dicho bye-bye, Nike se lo está pensando. General Motors le ha dicho que de ruedas gratis para su Cadillac, nada de nada. Que frágil es el sueño americano a veces. Todo iba bien en su urbanización de lujo, cercada, con seguridad privada, situada cerca del aeropuerto de Orlando (Florida), ya que volaba sin parar y dormía fuera de casa más de doscientos días al año, entre torneos y obligaciones de promoción publicitarias. Pero una noche, tras una discusión por sus infidelidades, su mujer salió en su persecución con un palo de golf, y el enorme todoterreno Cadillac de sus patrocinadores, acabó chocando contra una toma de agua contra incendios y empotrado en un árbol. Los vecinos, escandalizados llamaron “a seguridad”. La CNN cercó la casa, y por las televisiones empezaron a desfilar ex amantes. Miles de montajes fotográficos y chistes saltaron a Internet. A las cuarenta y ocho horas, apareció en Youtube una reconstrucción en dibujos animados “3D” de un minuto y medio (un “avatar”) realizada en Hong Kong por la empresa taiwanesa Next Media, que inmediatamente tuvo una audiencia de decenas de millones de personas.




Conviene preguntarse si todas estas estrellas del deporte profesional son “deportistas”. Yo creo más bien que son personas, con aciertos y limitaciones, y con mucha más presión de la que nos creemos. No es normal que eventos deportivos como el tour de golf profesional PGA tengan esa enorme cantidad de torneos. En baloncesto, por ejemplo, un equipo como Los Angeles Lakers, tiene una media de tres partidos por semana, de costa a costa de Estados Unidos. Los “deportistas” viven en hoteles, sin derecho a la intimidad, acosados por fans, paparazzis, agentes, sponsors publicitarios. Ninguna persona que viaje doscientos días al año puede tener una vida privada normal. Y mientras la industria intenta exprimir al máximo la corta vida profesional del deportista, la ropa, los balones, las gorras se hacen en Indonesia u Honduras, pagando menos de un dólar al día en condiciones infrahumanas (ver ejemplos en el documental The Corporation). ¿Tiene todo esto algún sentido?




Un sistema de deporte profesional que busca en primer lugar estrujar al máximo a las personas como si fueran objetos para sacarles el máximo rendimiento económico, es un sistema que promueve el consumo de sustancias de doping, un sistema que destruye a las personas, que devora a sus propios ídolos, es un sistema con pies de barro. Esto, en teología se le denomina una estructura de pecado, y por eso, las vidas personales de tantos deportistas dejan tanto que desear. Cada persona tiene su responsabilidad personal, pero no es normal que la inmensa mayoría de los deportistas de la NBA, por ejemplo, sean incapaces de formar una familia, ganando los sueldos que ganan. Esto es así, porque no se les permite desarrollarse como personas por la presión del dinero.




Tiger Woods es un superdotado del golf, pero no es un superman. Y lo mismo le pasa a Pau Gasol, Cristiano Ronaldo, o quien sea. Desgraciadamente, la industria parece que va en otra dirección. Vamos a tener fútbol casi todos los días. Luego se morirá otro futbolista en el campo. No puede ser que el deporte profesional se transforme en una máquina de picar carne. El cuerpo tiene límites. No puede ser que se ceda a la presión brutal de la industria, los directivos, las agencias de apuestas. Si no se para esto, al final, el Tigre del dinero se cargará al deporte.

[Forum Libertas, 24/02/2010] [Diario Informacion, 01/03/2010]

Etiquetas: ,

sábado, febrero 20, 2010

La prensa del futuro ya está aquí

Tenía que ser WIRED:





[Vía]

miércoles, febrero 17, 2010

Nacer: esa cosa tan complicada

Como dice Fito y los fitipaldis: DEJAME NACER QUE ME TENGO QUE INVENTAR. Pero en este país de cobardes, nadie levanta la voz. Y cuando algún político "provida" habla, echate a temblar. ¿Es que no hay ninguna voz que se levante frente al lema políticamente correcto de que el aborto es libertad (Arbeit Macht Frei), frente a este Auschwitz que se ha instalado en cada útero que ha osado albergar una nueva vida. Y si no miren la entrevista a la Consejera de Sanidad de las Canarias:

-De todos modos, la ley será pronto un hecho y las mujeres canarias tendrán que acudir a la sanidad a practicarse abortos.
-Pues, junto con el Ministerio habrá que diseñar la estrategia, porque el sistema sanitario tendrá que adaptarse. Si el Gobierno provoca una ley como esta, habrá que dar respuesta desde el sistema sanitario.

Y si se produce un aumento de los abortos, habrá que atender también a las secuelas psicológicas que como consecuencia se producen.
 Lo normal, sería objetar. Nacer no es ningún crimen. Lo normal sería hacerle un corte de mangas al gobierno central por lo bajini o por lo altini. Atentos al gran video de la marcha pro life de Washington: la gente celebra el día de su nacimiento. A eso hemos llegado !!


Etiquetas: , ,

Sexo para idiotas



Lo llaman sociedad de la información, pero bien podrían llamarlo sociedad del bodrio. Hay días que uno no puede asomarse a los media sin que le caiga encima un bodrio. Y ni siquiera sirve alejarse de los media: si no vas a ellos, vienen ellos a ti.

Ayer por la mañana, sin ir más lejos, me encontré sobre el asiento del cercanías un ejemplar del diario gratuito adn [aquí el pdf]. En la portada, un enorme titular: “PAREJAS ABIERTAS”, anunciaba el reportaje estrella del día, que ocupa la doble página central. Lo leo y me encuentro con un bodrio de manual, que resume a las mil maravillas otros muchos que aparecen todos los días en las páginas de sociedad de la prensa (y sobre todo en los dominicales y las revistas femeninas).

[Vía]

Etiquetas: ,

miércoles, febrero 03, 2010

MATAR A FACEBOOK

 

Si, confieso que he matado. He matado a mi perfil de Facebook. No soportaba más que mis amigos, mis fotos, mis extrañas orientaciones políticas, mis hábitos alimenticios, mi equipo de fútbol, mis friki gustos musicales o mis lugares de viaje preferidos, quedaran en manos de Mark Zuckerberg, el fundador de Facebook, un niñato multimillonario de veintitantos años con cara de angelito en zapatillas deportivas, que no suelta ni un dato de todo aquel que entre en su red social. Aunque te marches de Facebook, Mister Zuckerberg se queda para siempre con tus datos que quedan desperdigados en cuatro grupos de servidores repartidos por el planeta (tres copias de seguridad), para venderlos al mejor postor ¿Por qué se creen ustedes que Facebook es gratis? 

Porque esperan sacar mucho dinero con sus datos, datos que le definen a usted mejor que los datos que tiene el Español sobre usted. La gota que colmó el vaso de mi paciencia han sido las declaraciones de Zuckerberg en el Foro Económico Mundial de Davos, que a la gente ya no le interesa su privacidad. 

Las declaraciones han mosqueado al personal, comenzando el gobierno Canadiense y siguiendo por la Comisión Europea, que el 28 de Enero anunció su propósito de mejorar en la UE la protección de la seguridad y los datos personales, y la adaptación de las leyes a las nuevas realidades de las redes sociales y de Internet. El portavoz de la Comisión indicó que la innovación, no debe ir a costa de una pérdida de privacidad, dejando claro que las personas tienen derecho a decir no y a salir de una red en cuanto les de la gana. 

El problema es que eso a Facebook le trae al fresco, porque procesa y copia los datos fuera de España, y si le da la gana fuera de la UE. Los procesan en EEUU, allí donde cualquier empresa tiene los datos privados de cualquier segmento de la población, porque la ley lo permite. El salvaje Oeste lleva camino de convertirse en paradigma mundial. Aquí, como en América, se vende todo. En fin, ándense con ojo. Gran Hermano Facebook va a hacer una salsa muy rica con sus vísceras más íntimas. Luego las subastará en la plaza pública al mejor postor. Da miedo. Empezamos con Google, que acumula todas nuestras búsquedas de los últimos seis meses o incluso más, tal y como les obliga la ley americana Patriot Act y hemos acabado en Facebook. Lo maté porque era mío, pero Mr. Zuckerberg se niega a devolverme mis datos. Facebook es un libro de caras que tiene una jeta como un piano. Conmigo que no cuenten. 

[ver más]

Etiquetas:

Make Money Blogging